Visión de PEMEX


En foros recientes, Juan José Suárez Coppel ha presentado su "visión de Pemex" y aspectos de su plan de negocios. El director general de Petróleos Mexicanos expone temas interesantes y plantea la perspectiva de un mejor futuro. Si usted no la vio, vale la pena consultar el power point en internet.

Suárez Coppel centra su exposición en Chicontepec y aguas profundas, proyectos que han generado una honda polémica, pero que, según él, son viables y rentables. Y, al parecer, él cree que los nuevos descubrimientos -Ayatsil, Texel, Xux-Tsimin- resolverán la declinación de la producción de crudo. ¿Con tan pocas reservas probadas?

Algunos tenemos la percepción de que Pemex, pese a sus fortalezas y esfuerzos, es una institución atrofiada, burocratizada, politizada y sobrerregulada en múltiples aspectos administrativos, operativos, laborales, fiscales y de seguridad. La "visión" de Suárez Coppel ni siquiera rasca la superficie de una problemática amplísima que existe. ¿Será que son temas que él atiende en corto y no quiere llevar a foros públicos?

Suárez Coppel reconoció, durante su presentación en el Club de Industriales, que si Pemex no mejora su capacidad de ejecución de proyectos, todo lo que él plantea y propone será inútil. Pues, la realidad es que la capacidad de ejecución de proyectos en Pemex hoy está por los suelos, si comparamos con la que tuvo hace 10, 20 o 30 años.

Pese a tener un presupuesto sin precedentes, Pemex aún no licita grandes proyectos de obra este año. (Por ejemplo, la nueva refinería, ¿cuándo?). Se ha ido multiplicando exponencialmente el número de directores, gerentes, subgerentes, asesores, consejeros, comités, grupos de trabajo, etc., lo cual complica los procesos sobremanera. Se requiere creatividad tan sólo para mantener ocupados a tantos burócratas. La producción no crece, las normatividades son agobiantes y las licitaciones públicas se convierten en un calvario para las compañías interesadas y para los propios funcionarios de Pemex.

Ejemplo de ello es la licitación de Pemex Refinación para comprar cinco buquestanque, que fue la primera en todo Pemex en la que se aplicó el régimen especial de contratación que emana de la Reforma Energética. Adoleció de diversos problemas -complejidad normativa, procesos tortuosos, requisitos técnicos inflexibles-, aunado a la anomalía de que una filial de la paraestatal, PMI Norteamérica SA de CV, decidió licitar en un concurso convocado por otra área, Pemex Refinación, revelando una falta de coordinación entre subsidiarias y filiales. Por desgracia, se declaró desierta.

Lo más preocupante del caso es que el nuevo régimen de contratación no ayudó a concretar la compra de los buquestanque. ¿Será funcional para la contratación de otras adquisiciones, obras y servicios? Queda por verse, porque aún no se aplica este régimen, con sus contratos de desempeño, a los grandes concursos de exploración y producción para los cuales fue diseñado. Esto se debe, en buena parte, a que la Suprema Corte aún no resuelve la controversia constitucional que algunos diputados interpusieron con el afán de fastidiar la contratación en Pemex un poco más. Y lo lograron. A la fecha, el Presidente Calderón y su Secretaría de Energía no muestran interés ni capacidad política para resolver esta situación ni para desatorar otros problemas en Pemex ni para tratar de implementar las reformas íntegra y eficazmente.

Siendo así, es comprensible que Suárez Coppel no quiera abrir públicamente nuevos frentes que le generarían ruido político. Pemex, exprimida aún por la hacienda pública, ya solicitó más cambios a su régimen fiscal con miras a revertir sus números rojos. Pero eso no será suficiente para cambiar su rumbo. Aún tenemos que despertar como sociedad y enfrentar el divorcio entre la "visión" y la realidad en Pemex.

Autor: David Shields
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