No cabe duda de que hay algo especial en estos días en México, y es que en los mercados, plazas, calles, casas y panteones se nota el olor a copal, los manteles de las mesas, repisas, cajas, tablas o simplemente sobre el suelo se bañan ya de ese color naranja Cempazuchitl, la flor más viva en estos días, el viento de la tarde-noche que pasa a través del papel picado enfría hasta los huesos de los más vivos que se lo curan con un tequilita, chocolate o café y un pan que dicen viene del más allá. Se enciende el más cálido de los fuegos, el del recuerdo, y se reparte en las flamas de millones de veladoras. En todas las cocinas ya se ponen a tono las mejores recetas familiares, las frutas de temporada, los dulces en miel, las jarras de agua y calaveras para todos los gustos y sabores, hasta literarias. Y es que todo tiene que estar listo ya por que estos dos días tenemos a los más importantes invitados... nuestros muertos que vienen a visitarnos.
Y es que aquí en México al ser querido nunca se le mata en el olvido (esa si es la lapida más pesada). En esta tierra donde sobra folklor y tradiciones, una de las más importantes son estos dos días, en los cuales los recuerdos de quienes ya no están con nosotros los hacen sentir aquí cerca, vivos de nuevo.
Nuestras ofrendas para ellos transmiten una mezcla increíble de sentimientos: respeto, por que son parte de lo que nos da hoy forma; tristeza, por que ya no pueden estar todos los días con nosotros; alegría, por que los volvemos "a ver" aunque sea de visita; y gran picardía que se acompaña con catrinas, calacas y calaveritas, tal vez para manifestar que es mejor ser amigo que enemigo de la muerte que algún día en el futuro vendrá por cada uno de nosotros, sacandole la vuelta de que aunque ya con ella en este suelo nunca terminaremos de morirnos por que mientras alguien nos recuerde con cariño estaremos irremediablemente de vuelta.
México país donde se ama para toda la vida, y para más allá de la vida...
Felices fiestas de Día de muertos 2010!
De parte de Zona-productora
